Preparatoria No. 9

La ofrenda que le dedicamos al Mtro. José Ángel Martínez consta de un altar de siete niveles, ya que se asocia el número siete con el número de destinos que, según la cultura azteca, existían para los diferentes tipos de muerte. Al inicio del altar de muertos se montó un arco decorado con flores de cempasúchil, se cree que San Pedro les da permiso a las almas para salir y visitar a sus familiares vivos, por eso representan la entrada y salida del paraíso. La cruz de cal representa los cuatro puntos cardinales.

Los Cirios y veladoras: Se colocan en señal de duelo y para alumbrar el camino de las ánimas. El Copal “limpia” y ahuyenta los malos espíritus para que el alma del difunto pueda entrar y recibir su ofrenda sin ningún peligro. Se dice que el perro ayudará a cruzar a las almas, es por eso que se encuentra al inicio de nuestra ofrenda, para ayudar al alma del difunto a cruzar el camino. El fondo de nuestro altar es blanco, ya que simboliza la pureza y está decorado con papel picado de colores para representar la alegría que el maestro José Ángel tenía en vida, a pesar de las adversidades por las que atravesaba. Las Cadenas significan la unión entre la vida y la muerte.

La idea que se tiene es que después de atravesar éste camino de flores que por sus colores representan el cielo, la tierra y el luto, el alma recorrerá escalón por escalón del altar.

El Petate se coloca para que las almas descansen, además de poner los alimentos y objetos de la ofrenda. En el primer escalón se colocó la imagen de los santos de su devoción, a quienes se les encomienda el descanso de su alma.

El segundo nivel se dedicó a las ánimas del purgatorio, aquí se coloca una imagen para que en caso de que el espíritu del muerto se encuentre en el purgatorio, se facilite su salida. Además, también colocamos un espejo, mismo que representa la única manera en que el fallecido puede ver su forma espiritual al llegar a tomar sus ofrendas en el altar.

En el nivel número tres se puso la sal que simboliza la purificación del espíritu, de igual manera colocamos agua y jabón para que su alma se clarifique.

En el cuarto, el pan, que se ofrece como alimento a las ánimas que por ahí transitan.

En el quinto se colocó el alimento y las frutas preferidas del maestro, que en este caso eran las tostadas y tacos de la Siberia, el chicharrón en salsa verde, el cual preparaba muy bien, los tamales, y las frituras de todo tipo.

En el sexto escalón se coloca la fotografía del fallecido y a quien se recuerda por medio del altar, en nuestro caso el Maestro José Ángel.

Por último, en el séptimo escalón se colocó una cruz formada por semillas y frutas, como el tejocote y la lima.